En Tarragona, en la comarca de la Terra Alta, se encuentra otro de los pueblos masacrados en la vergonzosa Guerra Civil, Corbera d'Ebre. Allí queda como recuerdo lo que en su día fue el hogar de 2.500 personas y lo que conlleva la intolerancia. Ahí está Corbera d'Ebre, gritando al viento como testigo mudo de ello.