Visitamos este inmenso obrador, propiedad en la actualidad de grandes ratas que nos estuvieron acompañando durante nuestro recorrido. Están tan gordas por el alimento que allí encuentran que ni tan siquiera son capaces de correr. Eso si, no dejaban de observarnos...
Lo mismo os querían comer las ratas cebonas
ResponderEliminarJeje, no creo, en mi vida he visto bichos más bien alimentados y más gordos!
ResponderEliminar