Continuamos haciendo lo que se puede con la cámara compacta... Esta empresa papelera catalana fue fundada en 1.698 por Ramón Guarro, en la Torre de Claramunt de Capellades. En 1.773 el rey Carlos III concedió privilegios fiscales a los hermanos Francisco y Pedro Guarro "…en atención a que ha llegado su esmero a tal grado, que excede su papel al más fino que llega de Olanda". En 1783 se compraron las instalaciones de Gelida y con ello se fomentó la actividad en el municipio. En el siglo XIX se produjeron los primeros contactos con América a través de exportaciones. La plantilla de Guarro Casas aumentó entonces hasta 55 trabajadores. Wenceslao Guarro Menor inició la fabricación de papel de fumar y papel para juegos de naipes, que acabó patentando. La figura de Lluís Guarro Casas fue muy importante durante la primera mitad del siglo XX. Se preocupó por la calidad de los tipos de papel y buscó especialidades que dieran prestigio a la empresa. Con la Guerra Civil Española, Guarro Casas pasó a ser controlada por los trabajadores, según un decreto de colectivizaciones de la Generalitat de Cataluña. Durante la década de los 30 y los 40 se fabricaba papel moneda, papel de hilo, cola de gelatina y pasta de algodón, usando el trapo como materia prima. En 1950 pasó a ser Sociedad Anónima tras la muerte de Lluís Guarro. La década de los 50 vino marcada por una recuperación: en 1950 se producían 702 toneladas de papel, mientras que en 1958 ya se alcanzaban las 1.078 toneladas. Los 60 fueron años de transición: se abandonó el trapo como materia prima y se pasó al línter, pasta de fibra de algodón. También en la década de los 60 se introdujeron nuevos productos: Guaflex, Geltex color, etc.
En la década de los 70 y 80 se produce la expansión e internacionalización de Guarro Casas, estableciendo 4 filiales en Latinoamérica y adquiriendo las fábricas de Bernard Dumas en Francia y Campdevànol en Girona, y en los 90 la entrada en el grupo ArjoWiggins. (www.guarro.com)
Un homenaje a esos lugares olvidados que guardan tantos secretos (para su mejor conservación omitiré datos como nombres, historia y ubicaciones de algunos de los lugares fotografiados). También veremos parajes bucólicos, construcciones sorprendentes... En definitiva, aquello que nos invite a realizar una pausa en el tiempo.
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