Tras recorrer un trayecto corto ya vemos que va a ser complicado cumplir nuestro objetivo. Una caída de varios metros protegida por una precaria estructura es el primer obstáculo.
Ya superado, continuamos nuestro camino.
Ahora tenemos que alcanzar una escalera para continuar bajando. Para llegar a ella, debemos hacer un pequeño rappel.
Nuestra intención es seguir el trazado de las vías, pero los derrumbes nos lo impiden, por lo que hay que arriesgarse, salirse del camino, e improvisar.
Otro pequeño obstáculo en forma de abismo. Unos oxidados railes pasan por encima. Un resbalón y la tragedia está servida. Pero eso no impide que sigamos avanzando.
De nuevo fuera del camino buscando la mejor ruta o, mejor dicho, buscando una ruta. En las fotografías no se aprecian las dificultades, pero os aseguro que la pendiente era muy pronunciada y las piedras sueltas nos dificultaban los pasos. Uno mal dado, y de nuevo al abismo.
Llegamos a un punto en el que el único modo de descender al siguiente nivel es bajando por una escala que había colocada...
.. para llegar a un río de piedras de gran desnivel y unos 30 metros de longitud.
Y una vez más nos vemos obligados a sortear otra caida que, de producirse, no auguraba nada bueno.
Llegamos a un nivel parcialmente inundado. Leone decide que es un buen lugar para comenzar a grabar imágenes que no tardaréis mucho en ver... Tened en cuenta el mérito de esas imágenes pues la propia dificultad del recorrido se ve aumentada por el hecho de realizarlo con los pesados equipos fotográficos y de filmación.
Proseguimos, disfrutando de la belleza que estos túneles ocultan.
Tras muchas horas bajo tierra y haber cumplido nuestro objetivo, deshacemos el camino. Una vuelta agotadora, donde una bajada divertida de pocos minutos se convierte en un ascenso agotador de tres cuartos de hora.
Llegamos a la escalera. Bajar los equipos fue sencillo. Subirlos todo un reto.
Esperamos que hayáis disfrutado con estas fotos. Obviamente la calidad no es muy buena al haberse tomado con flash, pero quedan reflejados el esfuerzo realizado y la belleza del lugar, que bien se lo merece.